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sábado, 29 de enero de 2011

MORNING GLORY

Es una pena que esta película, como tantas otras, se haya promocionado en base a su aspecto menos importante. Se ha vendido como una comedia y, realmente, aun estando presente el humor y de una manera muy bien lograda, es una película excelente por motivos mucho más relevantes.

Hasta cierto punto de inflexión, que no revelaré para no estropear la experiencia, la película da la sensación de ser una buena sátira del mundo de la televisión dirigida a sacar a relucir lo mejor de un Harrison Ford pletórico, cuya actuación, basada en todo un abanico de sus expresiones faciales tan sugerentes, divertidas y elocuentes es ciertamente memorable.

Después entra en una fase en que se desatan todo tipo de sentimientos y emociones, y el espectador está ante una película que parece haber sabido darle un magistral vuelco a lo que pensaba que estaba ocurriendo: parece que a pesar de todo el gruñón personaje de Harrison Ford estaba en lo cierto mientras el ímpetu y el entusiasmo del de una magnífica Rachel McAdams con quien el público ha sido empujado a identificarse estaban orientados en la dirección equivocada, la de la búsqueda del share en TV, en lugar de la calidad.

Finalmente, la película pasa de buenísima a excelente, cuando un vuelco inesperado rompe de nuevo la simplista dicotomía entre lo bueno y lo malo, demostrando que existen matices y motivaciones que la desdibujan. Queda el mensaje, tan necesario aquí y ahora, de que lo importante es el trabajo bien hecho…

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