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sábado, 26 de febrero de 2011

BLACK SWAN - Cisne Negro

Ver Cisne Negro no deja de ser una experiencia cinematográfica interesante, pero hay que estar advertido de que el espectador es sometido a una tortura psicológica de principio a fin. El hecho de que efectivamente las sensaciones que se transmiten son las de un agobio ahogante y una perturbadora angustia probablemente hable bien de su director, Darren Aronofski, si es lo que pretendía. El agobio y la angustia son las que rodean y permean la vida de la triple protagonista de esta historia: el cisne negro; Nina Sayers, que es quien lo interpreta en el ballet; y Natalie Portman, que es quien interpreta a Nina Sayers. Es la triple historia de autodestrucción y enloquecimiento provocadas por la persecución de un sueño que se convierte en pesadilla fatal.

Digo "triple" a conciencia. La "doble" historia es un recurso conocido en el cine: el personaje protagonista reproduce en su vida la del papel que interpreta en una obra dentro de la película, en este caso, el ballet "El Lago de los Cisnes". Lo que es sobrecogedor es que, en mi opinión, a Natalie Portman, la de carne y hueso, le ha pasado lo mismo que a su personaje en la película: en pos de la interpretación de su vida, por la que está siendo tan premiada, ha traicionado -ha autodestruido- a la Natalie Portman que me gusta recordar: la niña delicada, sencilla e inteligente, casi muñeca de porcelana, que seleccionaba papeles acordes con esa personalidad tan especial y poco común, desde "A cualquier otro lugar" hasta "Las hermanas bolena", pasando por la magistral "Closer". Al aceptar un papel con tan alto componente erótico en Cisne Negro, en mi opinión innecesario aunque ella insista en que era necesario para su personaje, ha perdido esa inocencia que le caracterizaba y se ha convertido en una actriz más del montón. Del montón que lucen Óscars y Globos de Oro, pero que no por eso son especiales. Natalie Portman lo era y ha dejado de serlo. Puestos a recordarla, prefiero hacerlo en su papel de Reina Amidala.

1 comentario:

  1. Hola!

    Bueno, tras leer tu crítica, he visto que la mía se va por la tangente: En descubrir qué es real y qué no en la historia, pero hay un detalle en el que coincidimos: tortura psicológica. De no haber visto esta película en el cine, seguramente me hubiera levantado del sofá yme hubiera marchado.
    NO LEER SI NO SE HA VISTO LA PELÍCULA
    En cuanto al contenido sexual de la película,no estoy de acuerdo contigo. Cuando se manifiesta una enfermedad mental de las características que presenta la protagonista, se acompañan de adicciones: vómitos (bulimia), sexo, obsesiones, autolesiones,....,por ello me parecen coherentes. Al final de la película creí entender que la madre en todo momento estaba preocupada por su hija porque sabía de su enfermedad, pero que al mismo tiempo la animaba a conseguir lo que ella no pudo en su juventud. Llegó el momento en el que la madre se percató de que el ballet estaba matando a su hija, pero ya era tarde,...No creo que la madre presentase enfermedad mental. Es típico de los enfermos mentales asociar a sus cuidadores enfermedades psiquiátricas,como lo hace la protagonista con los dibujos de la madre. El cuidador suele convertirse en el "enemigo" porque es la persona que trata de impedir las adicciones. Se ve la preocupación de la madre en varias escenas: cuando duerme con ella,al verle las heridas,al tratar de impedir su actuación,...
    Así que directamente diagnostico a la protagonista con una esquizofrenia paranoide.

    Un saludo.

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