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sábado, 12 de octubre de 2013

Elysium

En esta me voy a extender un poco: me ha pillado con ganas. O más bien me las ha dado. Vaya por delante que como película me parece bastante buena; me mantuvo interesado y disfruté del modo en que Neill Blomkamp imaginó el futuro. Casi era una continuación de Distrito 9 - el futuro que imagina este hombre tiene un estilo propio y muy realista, lejos de los ambientes pulcros y relucientes a que nos tienen acostumbrados muchos autores de ciencia ficción.

Sin embrago, al mismo tiempo me inquietó - me irritó- es uso del instrumento principal del cine, que es el de las emociones, para difundir una visión concreta de la realidad socio-política actual. Al igual que Distrito 9 denunciaba la segregación racial, a nadie se le escapa que Elysium está diseñada para denunciar la falta de apoyo que tiene en Estados Unidos la reforma sanitaria del presidente Obama y que casualmente ahora tiene paralizado al país. Quizás con Distrito 9 no fue tan flagrante -- al fiin y al cabo a nadie se le ocurre defender el Apartheid hoy en día--, por lo que la unanimidad dejó oculto lo que considero la perversidad de este uso del cine. Pero la realidad es que en relación al Obama-care hay muchos que se oponen a él abiertamente. Sin entrar en el debate, que estoy seguro que no es cuestión de estar a favor o en contra, sino que tendrá todo un abanico de matices y consideraciones, simplemente me resisto a ser inducido a pensar que todo el que se opone a la reforma sanitaria lo hace por un perverso egoísmo y desprecio por el prójimo. Promover esta visión no es, al fin de cuenta, otra cosa que propaganda, y así sería denunciada si defendiera otras opciones. Pero sucede que Blomkamp decide hacer propaganda ahora a favor de una opción considerada "progre" y políticamente correcta en muchos lugares, sobre todo fuera de Estados Unidos, pero en ningún caso "universal" como la cuestión racial. Y ya la cosa empieza a no ser del agrado de todos.

Soy consciente de que todas las películas tienen un "mensaje" y por ello se podría decir que hacen "propaganda" de ciertos valores. Pero en algún lugar hay que trazar la delgada línea roja, y aunque sea difícil hacerlo, creo que tengo claro que usar el cine para hacer propaganda de opciones políticas cuanto menos ha de ser etiquetado como lo que es, por muy progre que sea la opción defendida, igual que se haría si fuera de signo contrario.

Más si se trata de una película de buena cálidad como ésta.

Monsters University

Digno regreso de los monstruos. No era fácil pero han conseguido estar a la altura sin necesidad de recurrir a estridencias, exageraciones u otros recursos fáciles. Quien quiera entender que entienda....