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sábado, 17 de enero de 2015

La Teoría del Todo (The Theory of Everything)

La Teoría del Todo es una de esas películas que aparecen de vez en cuando, sorprenden y arrasan. En este caso con razón. Es una película de emociones fuertes, emociones de las que sólo puede producir un drama que roza la perfección en todas sus facetas. No hablo ya de la impresionante actuación de Eddie Redmayne en su papel de Stephen Hawking, sino de prácticamente todos los demás elementos que desempeñan un papel en una película.

Me ha alegrado mucho que también la actuación de Felicity Jones como Jane Hawking, que corría el peligro de ser eclipsada por la de Eddie Redmayne,  haya sido valorada y reconocida con una nominación al Oscar - una impresioante muestra de cómo pueden transmitirse una amplia variedad de emociones "simplemente" con las expresiones faciales - un poderío que pocos actores dominan como ella.

Pocas veces comento la fotografía de una película, sobre todo porque cuando es lo único que se puede alabar, suele ser porque el resto deja mucho que desear. Pero La Teoría del Todo es también una lección de cómo poner la cámara al servicio de la historia: toda la película está plagada de sutiles metáforas expresadas por el encuadre y el movimiento de la cámara.

Luego está la música, el vestuario, etc... todo orquestado por una magnífica dirección. Sin lugar a dudas una película para no perderse.

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